Hemos asistido a la destrucción de un elemento de San Patricio de cuya importancia pocos se habían percatado hasta ahora.
El día 10 de abril de 2024 asistimos horrorizados a la destrucción de la escalinata de acceso al imafronte de la antigua Colegiata de Lorca, su templo más importante de la localidad y el segundo de la Región de Murcia, un templo concebido como catedral para reinstaurar la perdida Diócesis Eliocratense.
Y es que la historia de San Patricio está plagada de intentos de suprimir su valor religioso, arquitectónico y simbólico. Pero lo que no habíamos visto hasta ahora es la mutilación del templo a manos del propio consistorio, el mismo que luchó con uñas y dientes por su construcción siglos atrás. Hagamos un poco de historia:
En 1529 el Cabildo Municipal de Lorca solicitó formalmente la bula papal de erección para una Colegial de la mano del deán Sebastián Clavijo, quien en ese momento era Escritor de Letras Apostólicas del Papa Clemente VII. Además, se solicitó lo mismo al emperador Carlos V, quien lo vio conveniente. Gracias a esto último y a la intervención directa de Clavijo y de D. Gil Rodríguez de Junterón, Clemente VII otorgó la bula de erección en 1533. Fue el regidor del Cabildo, Alonso de Leyva, quien pagara gran parte del dinero necesario para la bula de su propio bolsillo, lo que da cuenta del compromiso del regidor para con Lorca. Otra parte fue pagada por el consistorio y la restante mediante donaciones anónimas de los lorquinos de ese momento. Todo ello vuelve a poner en evidencia la complicidad de todos los lorquinos para la construcción de su gran templo, la Colegiata de San Patricio quien, según la leyenda, ayudó a las tropas de Aledo y lorquinas a frenar los ataques musulmanes que arrasaban el Campo de Cartagena y la huerta de Murcia. Así, fue en la Batalla de los Alporchones (17 de marzo de 1452) donde cambió el rumbo del Reino fronterizo de Murcia.
en la que se aprecia el desnivel y el acceso central.
Autor desconocido.
Levantada sobre la Iglesia de San Jorge y la muralla, San Patricio posee planta catedralicia y todos los elementos característicos de las catedrales. El templo fue finalizado en 1776, más de 200 años después del inicio de su construcción.
Aunque no es objeto de esta entrada, comentar brevemente que la Colegiata de San Patricio cuenta con una planta catedralicia con girola, torre anexa, coro, trascoro y salas capitales, también anexas. Forma parte de la configuración de la Plaza de Afuera, llamada así porque la muralla medieval pasa por debajo de esta, quedando entonces la plaza fuera de la ciudad medieval. En su interior y fachada principal podemos ver una exaltación a su historia, destacando obviamente San Patricio, la Virgen del Alcázar y el Obispo Suceso, quien estuvo presente en el Concilio de Elvira (s. IV) como obispo de la Diócesis Eliocratense, con sede en Lorca. Con sus altibajos por la rivalidad que existía con el Cabildo de la Catedral de Murcia, la Colegiata fue y es conocida entre los lorquinos como «catedral», como así atestiguaba una inscripción que fue borrada forzosamente. Su historia es mucho más extensa y valdría la pena explicarla bien pero, como decíamos, no es el objeto de la entrada.
la escalinata y parte de uno de los «barrios altos». Fuente: Todocolección.
Hablemos ahora del imafronte, de su fachada principal. El primer cuerpo, concebido como un arco del triunfo, es el que alberga las tres grandes puertas, las cuales a su vez hacen referencia a sendas naves interiores. Como puede observarse, la puerta central es de mayor tamaño, y no es casualidad ya que ello atiende a tipologías tradicionales que tienen que ver con la simbología inherente a este tipo de templos, el camino divino, etc. De este modo, la puerta central está además destacada por el aumento progresivo de la decoración respecto a las otras dos puertas, tanto arquitectónica como decorativamente. Además, esta calle se encuentra adelantada respecto al resto por la incorporación de columnas y palastras en los estribos centrales, cornisa volada, etc. Pero el simbolismo no termina aquí. Como puede verse en el alzado de 1776, la puerta y calle principal vuelve a estar resaltada por la construcción de la escalera, protagonista de esta entrada. Para quienes no conozcan el lugar, la Colegiata de San Patricio se encuentra sobreelevada respecto a la Plaza de España (Plaza de Afuera) como consecuencia de la orografía y porque, como se comentó, la muralla medieval corre debajo de esta, tal cual atestiguaron finalmente las excavaciones arqueológicas que en su interior se realizaron. Además, la fachada principal da a un lugar también en cuesta. Este desnivel se salvó precisamente con la construcción de la escalera, una escalera estrecha que se iba abriendo como un abanico a la calle inferior. Podría haberse hecho como en la Catedral de Granada, una escalera que fuera de lado a lado de la fachada pero en este caso se optó por mantener la disposición simbólica de exaltación de la calle central, de su puerta central. No es casualidad, todo tiene su sentido.
de la calle y plano de las escaleras, atrio y parte
de los pies de la iglesia de 1776. Fuente: AHN.
nuevamente la escalera. Plano de 1778. Fuente: AHN.
Todo lo anterior es motivo suficiente para volver a construir una escalera en el mismo lugar y de paso reparar los daños que, según parece, han causado. Pero si el simbolismo y su historia centenaria no es suficiente, hemos de entrar en el farragoso mundo de la burocracia. ¿Tenían los permisos de la Dirección General? Cuando llamamos hubo sorpresa aunque claro, evidentemente dirán que sí, como ya ocurrió con el agujero que abrieron para construir otro aseo en el Palacio de Guevara (BIC) el pasado mes de enero. Argumentan que las escaleras no forman parte del BIC. De ser cierto (cosa que no podemos asegurar porque no tenemos acceso al Decreto en que se protegió), sí estaría dentro de la zona anexa de protección con que cuentan todos los BIC, para lo que se necesita también permiso. Además, parece ser que no hubo supervisión arqueológica, algo que por Ley tiene que haber. Sobre los entornos, dice textualmente la Ley de Patrimonio de la Región de Murcia lo siguiente:
«Artículo 42. Entorno de los monumentos.
- El entorno de los monumentos estará constituido por el espacio y, en su caso, por los elementos en él comprendidos, cuya alteración pueda afectar a los valores propios del bien de que se trate, a su contemplación o a su estudio.
- Las intervenciones en el entorno de los monumentos no podrán alterar el carácter arquitectónico y paisajístico de la zona, salvo que sea degradante para el monumento, ni perturbar su contemplación o atentar contra la integridad del mismo. Se prohíben las
instalaciones y los cables eléctricos, telefónicos y cualesquiera otros de carácter exterior».
- El entorno de los monumentos estará constituido por el espacio y, en su caso, por los
elementos en él comprendidos, cuya alteración pueda afectar a los valores propios del bien
de que se trate, a su contemplación o a su estudio. - Las intervenciones en el entorno de los monumentos no podrán alterar el carácter
arquitectónico y paisajístico de la zona, salvo que sea degradante para el monumento, ni
perturbar su contemplación o atentar contra la integridad del mismo. Se prohíben las
instalaciones y los cables eléctricos, telefónicos y cualesquiera otros de carácter exterior.
También hablan de un informe en el que uno de los archiveros municipales expone las sucesivas escaleras que ha habido desde la construcción de las primeras. El hecho de exponer la historia de un elemento no supone la sentencia de derribo de nada. Tampoco hemos tenido acceso al documento, el cual hemos solicitado.
Otro argumento, el de la peligrosidad. Han pasado por ese lugar grúas móviles de muchas toneladas para instalar la grúa de brazo que se empleó tras los terremotos de 2011.
Finalmente hemos de hablar de un último argumento a favor de la construcción de unas escaleras en su lugar, los recuerdos. Al haber escaleras ahí desde su construcción en el siglo XVIII, todos, absolutamente todos los que vivimos o han vivido en Lorca recuerdan unas escaleras. Estas o las anteriores, forma parte del imaginario de absolutamente todos los lorquinos.
Un añadido final. San Patricio se encuentra en pleno Casco Histórico, el cual está sufriendo un fuerte retroceso (las escaleras no son un caso aislado): se destruyen yacimientos arqueológicos, no van a aprobar el Plan Especial de Protección y Rehabilitación Integral del Conjunto Histórico-Artístico de la ciudad de Lorca hasta que no consigan rebajar y eliminar protecciones en fachadas e inmuebles, proyectan construir un ascensor, escaleras mecánicas o teleférico al Castillo, la destrucción parcial de la única judería abandonada en 1492 y redescubierta hace unos pocos años, destrucción de templos íberos, poner cuadros barrocos al sol de abril para hacerse fotos, etc. Ahora también han eliminado o tal vez retrasado y modificado la zona de bajas emisiones cuya implantación es obligatoria. Recordemos que la polución afecta severamente a los monumentos, y en concreto a la piedra. De todo esto se pueden ver noticias en la prensa.
Como conclusión, no hay motivos para no volver a construir una nueva escalera. San Patricio y los lorquinos merecemos respeto y que no pasen por encima del patrimonio y nuestro derecho a la cultura y el patrimonio.
La ciudad de Lorca cuenta con más de 5500 años de historia, destacando por se además un asentamiento ininterrumpido. Su Municipio se encuentra jalonado de yacimientos arqueológicos que nos llevan otros miles de años más atrás en el tiempo. San Patricio es un suspiro en su Historia pero es Historia de todos, lorquinos o no.
Asociación Lorca por su Patrimonio Cultural 
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